El mantenimiento de un vehículo es muy importante para garantizar su buen funcionamiento y prolongar su vida útil. Existen diversos indicadores que ayudan a detectar problemas en el vehículo y que deben ser revisados periódicamente. Los principales son:
– El nivel de aceite del motor: se debe comprobar regularmente el nivel de aceite del motor y, si es necesario, añadir más. Si el nivel de aceite está bajo, puede indicar una fuga o un consumo excesivo.
– La presión de los neumáticos: la presión adecuada de los neumáticos es fundamental para la seguridad y el buen funcionamiento del vehículo. Se recomienda comprobarla cada mes o cada vez que se utiliza el vehículo.
– El estado de las luces: las luces deben estar en buen estado y limpias para no impedir la visibilidad ni ser un peligro para otros conductores. Se recomienda revisarlas cada mes o cada vez que se utiliza el vehículo.
Los principales indicadores de mantenimiento se pueden dividir en tres categorías:
preventivo, correctivo y predictivo.
El mantenimiento preventivo es el conjunto de actividades planificadas que se realizan con el objetivo de evitar fallos en los equipos.
El mantenimiento correctivo es el conjunto de acciones orientadas a solucionar problemas cuando estos ocurren, es decir, reparar los daños una vez que se han producido.
Por último, el mantenimiento predictivo consiste en llevar a cabo un análisis periódico de los equipos con el fin de detectar posibles fallos antes de que estos ocurran.